Por Luis García Fernández
La herramienta principal de cualquier hogar, negocio o administración es el presupuesto.
En Villaviciosa llevamos años sin presupuesto, en concreto desde el 2018, prorrogando y volviendo a prorrogarlo año tras año las dos corporaciones que ya han pasado desde que se aprobara.
De alguna manera, que los vecinos no entendemos, estamos secuestrados en un tiempo pasado; nadie es capaz de poner el reloj económico en hora, el calendario administrativo con la fecha actual.
Acostumbrados a los rodillos electorales de épocas anteriores (se ha demostrado que ya nadie es capaz de sacar mayorías que puedan devolver la estabilidad en este capítulo) ahora toca remangarse y NEGOCIAR este primordial capítulo. ¡Ah Dios mío! ¿Eso qué es?
Mientras los vecinos, que somos quienes pagamos religiosamente los impuestos y los que hemos votado a esta clase política que tenemos en el Ayuntamiento, nos enfadamos, vamos polarizando nuestras posturas, y entendemos menos cada vez esta paralización, esta imposibilidad de avance en el desarrollo vital de un pueblo privilegiado al lado de Madrid, con todo atascado, sin ningún rubor, anquilosado, atrapados en el tiempo.
Es cierto que hay muchos grupos políticos en la corporación actual, siete en total más dos concejales no adscritos. Pero quienes tienen la responsabilidad de sacar adelante este primordial capítulo son estos dos grupos:
El PP al frente del cometido de la gobernabilidad, y Vox, principal partido de la supuestamente oposición. La suma de estos dos grupos (entiendo que los no adscritos salidos del PP votarían a favor) darían una mayoría imprescindible para poner en marcha y dinamizar de una vez la política económica, social y cultural de Villaviciosa.
Pero para eso tiene que existir VOLUNTAD
Los primeros, sabiendo que no gozan de una mayoría que sirva para sacar nada adelante sin pactar, que tienen la obligación de gobernar para los 27.000 habitantes a los que dicen siempre estar al servicio. Debieran bajar a la arena, a la realidad imperiosa, olvidar consignas partidistas dictadas desde la fría y alejada Génova, y ni siquiera tener en cuenta las malas influencias de Pozuelo.
Para pactar hay que negociar primero, negociar es sinónimo de ceder, y parece ser que eso es lo que no entra en los planes de quienes dirigen este partido local.
Y Vox debería hacer una revisión profunda y crítica de lo que está ocurriendo desde hace algún tiempo en Villaviciosa
Un partido con gente de Villa, que se le llena la boca de hablar que todo lo hacen para los vecinos, que también debería aislarse de connotaciones nacionales, y bajar a la misma arena política que el PP; ponerse a trabajar en común, por todos los vecinos que vivimos aquí, y no solo por los poco más 3.000 que les dieron sus votos.
Cada vez somos más los que pensamos que cuanto peor y desastroso sea el gobierno local, mejor para esas siglas, naturalmente pensando en las próximas elecciones locales. ¿Y mientras tanto, qué?
Seguro que, si existe voluntad, se aparcarán las rencillas, los personalismos, los egos de los dos partidos, empezar a observar que hay más cosas a nivel local que unen a estos grupos que las que los separan, precisamente por ahí deberían de empezar el acercamiento.
El tiempo pasa, los vecinos nos cansamos, y lo mejor de todo, tenemos memoria
Por favor, sentaros a trabajar lo antes posible para sacar unos presupuestos hasta llegar al final de esta legislatura, aunque no sean los mejores, los deseados por vuestras siglas, pero que nos dejen avanzar, y más adelante, cuando haya que salir a la calle a pedir el voto para las próximas elecciones, os volvéis a tirar los trastos.
Pero mientras tanto, no mantengáis secuestrados a los vecinos en vuestras fobias y egoísmos, no sigáis jugando con nosotros dejando el tiempo pasar, evitad que os recordemos como los peores políticos y regidores de nuestra reciente historia.