Por Mariano Aguirre
Mambrú se fue a la guerra
No sé cuándo vendrá.
Si vendrá por la Pascua
O por la Trinidad.
La Trinidad se pasa,
Mambrú no viene ya.
Que Mambrú ya se ha muerto,
Lo llevan a enterrar
(“Mambrú”, canción infantil)
Uno. Los plazos
Se anunció la inauguración del nuevo Spa para principios de octubre de 2023. Sin embargo, se ha abierto a mediados de marzo, algo más de seis meses después de lo anunciado y si se ha hecho ahora, ello ha sido por una razón muy sencilla y es que, de haberse demorado más la anunciada apertura, la empresa Smartfit (antes Hispaocio) hubiera sido castigada administrativamente, lo cual, imagino, lleva asociada una multa. Ésta es la auténtica razón de que dispongamos de un nuevo Spa. Mas reflexionemos… ¿Qué es lo que se ha inaugurado? Un nuevo Spa, desde luego que no.
Dos. Incompleto
¿Con qué contaba el antiguo Spa? Con una sauna, un baño turco, una bañera de agua fría, duchas, un cubo con cubitos de hielo, un jacuzzi interior, tumbonas calientes y un jacuzzi exterior para el buen tiempo.
El sedicente inaugurado nuevo Spa ya no cuenta ni contará nunca con el jacuzzi exterior. En cuanto a las tumbonas, inexistentes de momento, de instalarse alguna vez, por razones de espacio, verán reducido su número. Y, como la bañera de agua fría está vacía, el cubo no tiene cubitos de hielo y el baño turco está por hacer, el «nuevo» Spa se limita a una sauna y una charca a la que, con voluntarismo interesado, se le da el nombre de «jacuzzi».
Tres. Deficiencias
a) La nueva sauna ha nacido canija. Si en ella se tumban cuatro usuarios (como es su derecho), ya no cabe un quinto y es que sus dimensiones son casi domésticas, más propias de un centro deportivo para una aldea que cuente con un máximo de doscientos habitantes. Yo creo que Villaviciosa cuenta con algunos más.
Por otra parte, el suelo es de gres y no de planchas de madera de pino, como establecen los cánones de toda sauna que se precie.
Además, desde su muy reciente apertura, se ha averiado ya ¡tres veces!
b) Un cartel que, por vergüenza de la desvergüenza anterior, ha sido suprimido, invitaba a ducharse antes de entrar en el jacuzzi, lo cual es encomiable amén de necesario, pero, díganme ustedes, ¿con qué duchas?, si no hay ni una sola. Consecuencia: se entra en el jacuzzi-charca sin haber tomado la preceptiva ducha.
c) La charca del llamado jacuzzi ofrece un agua cálida, sí, pero no lo suficiente. Por otra parte, en los primeros días, no funcionaba ni uno solo de los chorros de agua a presión. Ahora funcionan algunos, quizás todos, pero con poca presión, máxime teniendo en cuenta el tamaño del jacuzzi.
Cuatro. Espacio inadecuado
El antiguo Spa era una especie de hortus conclusus, como un claustro armónico (eso sí, peligroso pues se venían abajo las techumbres y el muro de cristal) cuyas distintas partes se organizaban torno a un jacuzzi circular. A lo agradable de aquella concepción espacial ha sucedido un Spa alargado, bastante inhóspito, frontero con la piscina grande, lo cual le resta intimidad y lo abarata.
Cinco. Una engañifa
Reza la propaganda del centro emitida por las pantallas de televisión que, si bien se haya hecho esperar («de rogar»), el nuevo Spa es ya una realidad. ¡Mentira! Es una chapuza a la que le faltan muchas piezas para poder ostentar ese nombre. Surge, además, la pregunta, con su razonable duda aparejada, de para cuándo estará acabado el nuevo baño turco y si se tratará de un espacio bien hecho.
Seis. Pepe Gotera y Otilio
¿Cómo es posible que se tarde tanto en hacer las cosas y que, para más inri, se hagan tan mal? ¿Es que no hay empresas solventes en España que sepan acometer este tipo de obras? Pepe Gotera y Otilio, al menos, nos hacían reír, pero esto de Hispaocio-Smartfit, por el contrario, nos hace llorar.
A 30 de marzo de 2024
Hortus conclusus o mejor dicho alegoría a lo inacabado, escultura de yunta. Te felicito por tu estilo escribiendo. Enhorabuena tienes buen pluma
Gracias por tu reflexión, además no es viable para personas con problemas de movilidad
Gracias por dejar tu comentario, Miguel.
Muchas gracias por el comentario, Marga.