martes, 8 julio
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En el país de los ciegos, el tuerto es el rey

Por Ángel López

Seré sincero: no suelo seguir los Plenos municipales que se celebran en el Ayuntamiento de Villaviciosa. Y creo que no es por pereza o por falta de interés hacia lo que se trata en ellos. No. Más bien creo que es por no ver la cara de algunos de esos que parecen creerse políticos de envergadura sin entender que no son más que unos aficionados adjudicándose un papel que les viene grande porque no saben en qué consiste. Porque si supieran en qué consiste, asuntos importantes serían solucionados como se debe y comportamientos inadmisibles no se producirían. Es decir, que me altera percibir no poca incompetencia, por no decir desfachatez, en cierto modo de actuar. Y si comento esto, opinión personal al fin y al cabo, es porque lo que en verdad justifica la ocupación de los sillones de un lugar público, o un espacio que no es de propiedad privada, no es el hecho de que unos ciudadanos hayan conseguido una mayoría electoral, sino que unos ciudadanos se han ofrecido a prestar servicio público de manera voluntaria y se les ha dado la oportunidad para que lo presten. Luego, estos ciudadanos, son simple y llanamente sirvientes públicos que deben trabajar en una propiedad ajena; ajena, pues en su condición de sirvientes, no les pertenece. Por tanto, como tales han de comportarse dando ejemplo de educación, respeto y sentido común a la hora de tratar aquellos asuntos que afectan a los propietarios que temporalmente los contratan y pagan por su servicio. Este es mi modo de valorar el asunto de los que con su trabajo, en este caso trabajo público, deben producir beneficio, no perjuicio, a cada uno de los que les pagan, porque en la actividad pública se trabaja en pro de un beneficio o bien común (significando esto que algo es bien cuando para obtenerlo nadie sufre daño y común cuando el bien obtenido se recibe de manera igualitaria). Por ello, como considero que viene a cuento compartir cierto asunto tras seguir uno de estos Plenos, en concreto el del día 30 de junio del año en curso, a través de este artículo lo comparto.

Es más, el artículo también viene motivado por el recuerdo de un dicho o refrán que refiere eso de que en el país de los ciegos el tuerto es rey. Refrán que me ha venido al pensamiento al escuchar una respuesta del alcalde de Villaviciosa a una concejal de la oposición. Quede claro que con tal referencia no es que yo quiera encasquetar la palabra tuerto o rey a dicho alcalde, pues si esto se hiciera para compararlo, por ejemplo, con aquellos que con él forman equipo de gobierno, el refrán tal vez fuera poco atinado. No. No pretendo esto. Quizá fue la forma de enfocar cierto asunto cuando atendió la pregunta y la propuesta de esa concejal de la oposición lo que me recordó lo del tuerto. En todo caso, me dije, y sea dicho aquí sin ánimo de ofensa, si el alcalde responde y elucubra de este modo, ¿cómo elucubrarán los que tienen rango inferior en el equipo gobernante?

Como se necesita cierta extensión para dar traslado de lo que a mi juicio emitió en dicho Pleno quien está contratado temporalmente como Alcalde, no analizaré cada una de las propuestas que se le presentaron para desplazar actividades catalogadas como molestas, insalubres nocivas y peligrosas a un lugar apropiado: lejos de zona residencial. Pero sí su modo de tratarlas. Porque, para mi sorpresa, aparte de atender lo que se le preguntaba y proponía con gesto poco amable, con nula empatía hacia aquellos vecinos que reciben los dañinos efectos secundarios de actividades más relacionadas con la juerga que con otra cosa y dirigiéndose de modo irónico o burlesco a quien le formulaba la pregunta, no hizo sino despreciar las alternativas u opciones, que con buena disposición se le habían presentado, con elucubraciones que pretendían ser sesudos motivos; motivos, en su mayoría repetidos, que me llevaron a entender lo que refiero en el párrafo siguiente:

Que el vecindario que una vez tras otra recibe el dañino impacto de las actividades que el alcalde autoriza con la excusa de que son celebraciones o festejos no pierda la paciencia y aguante lo que una y otra vez se le eche encima hasta que él y su equipo localicen donde instalar un recinto ferial que las acoja; si es que se pone a localizar lugar alguno, claro, porque esto ya se aprobó en un Pleno hace 10 años y todavía se sigue soportando lo que ya entonces provocaba un impacto inaceptable. En definitiva, por lo visto y oído al alcalde, y por los hechos que ha llevado a cabo desde que accedió al cargo, lo que yo alcanzo a comprender es que a cierto vecindario, esforzado pagador de impuestos, le seguirán dando por saco el alcalde y su equipo sin ponerse colorados.

Si lo que intelectualmente se puede concluir no fue exactamente esto, con ver el video del Pleno se puede salir de dudas. Pero no deja de ser significativa que la velocidad elucubradora que alcanza el alcalde al tratar un asunto que perjudica enormemente, y desde hace demasiado tiempo, a más de un barrio de la localidad y a sus residentes parezca de récord Guinness. Un asunto que Villaviciosa necesita solucionar si quiere ser un lugar dispuesto con coherencia o sensatez y no a trompatalego. No obstante, la rapidez de elucubración tiene sus riesgos para quien hace uso de ella. Por ejemplo, el riesgo de que sea una idiotez supina lo que en dicha elucubración se emita. Una idiotez rotunda, sin paliativos, racionalmente insultante. Algo que no tiene perdón divino o que es inaceptable para cualquiera que tenga dos dedos de frente. Sin embargo, como de las idioteces no se libra nadie, aunque unos se libren más que a otros, es posible que yo mismo no pare de soltarlas. Pero, si esto es así, para lo que a mí atañe no tiene trascendencia, porque yo me las puedo permitir ya que no soy alcalde.

Ninguna de las propuestas presentadas, localizadas cada una de ellas en distintas zonas del perímetro externo del pueblo, o fuera de área residencial, la ve viable el alcalde. Luego, si el alcalde no ve lo que bien se ve si se observa con detenimiento y buena disposición, ¿qué significa eso de que él y su equipo buscarán alternativas para instalar en otro lugar lo que no debe ser instalado por más tiempo en zona residencial si descarta todo el término municipal de Villaviciosa? Pues, probablemente, una tomadura de pelo. Que el tuerto, perdón, el alcalde, esté tomando por ciego a cualquiera que no sea él.

A mí me parece que el alcalde ignora lo que existe (en cuanto a recintos feriales u otro tipo de espacios a los que acude ingente número de personas) a lo largo y ancho del planeta y que es asunto baladí comunicar un espacio con otro si se emplean la buena voluntad y los medios técnicos oportunos. O quizá también ignore o no se haya enterado de la existencia del Eurotúnel, por poner un ejemplo. Es decir, que no se haya enterado de aquello que le podría servir para ver que son posibles obras infinitamente menos complicadas y costosas. Pero, ya en éstas, a lo mejor es que ignora o no se ha percatado de que Villaviciosa no está rodeada por un océano sino por terreno generalmente llano y sin un pedrusco. Sí, puede que él ignore todo esto y quizá la policía que, según alega el susodicho, le asesora o le recomienda que se mantengan las actividades molestas junto a las viviendas del pueblo no ande técnicamente suelta en los asuntos que resolverían tan dañina y ultrajante situación. Tal vez, para despejar su ignorancia, deba consultar a profesionales del tema bien cualificados. Pero quizá ignore o quizá no. Tal vez sea que no le importa el perjuicio que se les ocasiona a aquellos vecinos que reciben las actividades molestas que él autoriza sin parar.

No obstante, anotemos su palabra, lo de que va a buscar alternativa al impacto inaceptable que actualmente se echa encima de los vecinos de la zona centro con todas esas actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas que autoriza con el visto bueno de la Junta local de seguridad que él preside. Demos verosimilitud a esa búsqueda, pues esto quiere decir que antes de las próximas elecciones va a retirar de la zona residencial las actividades que ahora atiza sin contemplaciones y no perdamos la esperanza los vecinos de la zona afectada. Lo vamos a tener difícil, no obstante, pues por lo que se recoge de lo que elucubra el alcalde, las fuerzas de seguridad que están bajo su jefatura parece que ponen pegas y pegas y más pegas a cuanto no sea mantener en el centro urbano, es decir, en zona residencial, lo que no es sino un despropósito mayúsculo en cuanto a seguridad y un abuso intolerable para con los derechos ciudadanos. Pegas que el alcalde sigue tan a rajatabla que parecen suyas. Por ello, tomemos nota, y si el alcalde no da solución a lo que debe de aquí a que termine su contrato laboral, no olvidemos sus palabras y echemos cuentas en su momento. A día de hoy, viendo cómo el reiterado alcalde anula la ley del ruido para evitarse reclamaciones judiciales, es decir, viendo cómo deja a los vecinos indefensos para él autorizar sin problemas lo que cada vez se asemeja más a un pan y circo interesado, que al parecer nos cuesta la no despreciable suma de dos o dos millones y pico de euros este año, sería de tontos confiar en lo que dice. Pues, ¿cómo confiar en lo que diga o no este alcalde tras lo soportado en el centro urbano de Villaviciosa desde que se le hizo responsable de la dirección del gobierno municipal de la localidad?

Y, tras haber recogido mis opiniones o impresiones de lo escuchado y visto en el Pleno del 30 de junio del 2025 celebrado en Villajuerga del Copón, perdón, me ha traicionado el subconsciente, Villaviciosa de Odón, quería decir, termina mi artículo. Hasta la próxima.

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