Por Ángel López Morán
Desde 1999, en el centro del pueblo disponemos de una zona verde: EL VAILLO. Una zona que no se desarrolla como le corresponde (como zona verde, según el PGOU), porque cierto interés político prefiere ceder tan privilegiado espacio a una actividad ferial cutre y anticuada.
Innecesario parece señalar las actividades que se suelen llevar acabo en un ferial y el tremendo impacto que éstas provocan si se realizan en áreas residenciales y se llevan a cabo durante numerosos días, muchos laborables. Claro parece que el ruido atenta contra la intimidad y la inviolabilidad domiciliaría y, al impedir el descanso, provoca efectos dañinos en la salud, en el rendimiento laboral y en la conducta de las personas; esto sin contar con la suciedad y los actos incívicos o gamberros que las actividades festivas suelen traer al lugar de celebración.
Por cierto, en el Vaíllo, cuando recibió actividad tan molesta, ¿se contó con los vecinos inmediatos? No. ¿Se tuvo en cuenta la servidumbre ferial al convertir en viviendas los terrenos colindantes? No. El ferial fue impuesto y al Vaíllo se le deja como desértico descampado a propósito, como evidencian las obras realizadas en él.
¿Por qué se actúa de tal manera si es de sentido común que ciertas actividades, por ser perjudiciales, deben estar lejos de las zonas habitadas? ¿Cabe recordar que se desplazó un tendido eléctrico, que ciertas actividades se llevaron a los polígonos, que se desvió la carretera y que los vecinos afectados vieron libres sus vidas y propiedades de aquello que se las perturbaba? ¿Por qué todavía a unos vecinos, vecinos como los demás, que se alegran del bien de otros vecinos, se les obliga a soportar lo que para éstos tuvo solución?Se podría disfrutar de un espacio y no sufrirlo si el ferial se desplaza. Demos al Vaíllo lo que como zona verde le pertenece y erradiquemos del centro del pueblo un descampado polvoriento causante de perjuicios a cambio de tranquilidad y belleza: equilibrio entre vegetación y zonas despejadas, paseos, una plaza bien diseñada, alguna bella fuente… algo para disfrute de todos, sean niños, ancianos, personas discapacitadas y demás. Demos buen servicio a todos los vecinos, más valor a nuestra localidad. Una vista estética del centro del pueblo complementaría los espacios agradables que ya se tienen. Un centro urbano es un espacio especialmente significativo. Algo que realza el conjunto. Debe ser protegido.
Aunque esto algunos no lo consentirán. Si es por ellos, tendremos molesto jolgorio para siempre en un desértico descampado: Espacio reservado para un ferial. ¿Quiénes se empeñan en que otros tengan en sus casas lo que no quieren en las suyas? Un recinto ferial a las afueras en una ubicación adecuada, bien acondicionado y bien comunicado, sería muy provechoso y un avance para el pueblo en su conjunto. ¡Cuanto se podría llevar acabo en él! Cultura, comercio, diversión… empleos. Esta antigualla que nos sitúan en el centro urbano mantiene a la zona en una fealdad permanente, presta pésimo servicio, es muy molesta y, según están los tiempos, puede que hasta resulte peligrosa: seguid las noticias de otros lugares, lo que provocan ciertas actividades. El ferial no está aquí por seguridad: La seguridad existe donde se ponen medios para que la haya.
Elijamos, para beneficio de todo el pueblo: ¿Zona verde bien desarrollada o nocivo recinto ferial? El Vaíllo es demasiado valioso y no debe servir a cuantas actividades molestas se les antojen a quienes quizá sólo pretendan sacar de ellas provecho político o particular en un espacio público. No nos quedemos en silencio: El silencio sirve a quienes pretenden obtener beneficio a costa de los demás. No olvidemos a quienes no nos favorecen con su servicio público. ¡Pan y circo no. Desmadre no. Fiestas cuando y donde proceda! Contacta con nosotros, tus vecinos. Envíanos tus sugerencias a vailloverde@gmail.com. Un cordial saludo a todos.