domingo, 24 noviembre
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Hispaocio no debe morir

Por Mariano Aguirre

A fuerza de ser callado, / callado me consumí./ Que no se quede callado, / quien quiera vivir feliz. (“El silencio”, Atahualpa Yupanqui)

Desde enero del presente llevamos oyendo que el Complejo Acuático Deportivo Municipal Hispaocio cerrará definitivamente, y ello de manera inminente “a finales de este mismo mes”.

¿Rumor ingenuo, habladuría inconsistente de ociosos, insidia interesada para crear un ambiente de desánimo? Lo que sí es cierto es que lo que popular y abreviadamente se conoce como “Hispaocio” no marcha nada bien. La peste ha retraído a muchos socios que se han dado de baja, en especial -exceptuándome a mí- los ancianos por un más que fundado temor al contagio.

No olvidemos tampoco la inexplicable situación financiera del ente, con una deuda de ¡tres millones de euros! Y  en concurso de acreedores desde hace mucho tiempo, lo cual condiciona negativamente la renovación y adquisición de material y dificulta el correcto mantenimiento de las instalaciones, comprometiendo además el servicio que todo gran complejo ha de brindar; sí, pero es que sobre él se yergue la rigurosa y más que cicatera férula del gestor impuesto por el banco acreedor.

¿Cómo se ha podido generar tal deuda? Quienquiera que, en busca de una explicación, disponga de algo de tiempo y de mucho buen humor para investigar en internet lo que fue la empresa constructora, la empresa gestora y sus múltiples metamorfosis, acabará por desistir de hallar un por qué plausible. Se requeriría un Perry Mason doblado del inspector Maigret para poner en claro las tramas urdidas por los hombres de negocios, esos especuladores que parasitan a la sociedad para engordar aún más sus restallantes panzas. A falta de datos demostrables, en mi incapacidad e ignorancia para probar nada, me resta tirar de mi intuición de perro viejo y citar al Papa Francisco: “Son los pobres quienes pagan la fiesta de los corruptos. La cuenta les llega a ellos”.

En cualquier caso y sea como sea, lo que realmente importa ahora para ponerle solución es constatar que Hispaocio es ahora mismo un barco a la deriva, zozobrante, que hace agua por todas partes, afrontando una terrible tempestad y con una tripulación a bordo que carece, no ya sólo de brújula, sino de los más elementales salvavidas. Y ello representa una fenomenal injusticia.

Hispaocio ha contado con más de dos mil cien socios. Hispaocio ha otorgado a los viejos del lugar la posibilidad de entrenar sus cuerpos para mejor hacer frente a la inexorable decrepitud. Hispaocio es el pendant deportivo de la Universidad Europea, pues en ambos lugares se dan cita más de cincuenta nacionalidades del mundo entero y ello, ¡qué duda cabe!, es la mejor de las propagandas para España, Madrid y nuestra localidad.

Hispaocio no es sólo un gimnasio al uso con sus clases colectivas. Es también una piscina más que digna y un Spa, lamentablemente en desuso actualmente. Hispaocio es un gimnasio intergeneracional, interclasista e internacional. Hispaocio es también en nuestro pueblo lo que las termas romanas fueron a aquella sociedad antigua: centro de reunión, de amistad, de optimismo, amén, claro está, de fundamentalmente centro deportivo.

Hispaocio es el centro de trabajo de unas personas que no merecen ir al paro: profesionales del deporte, personal administrativo, de limpieza, de mantenimiento y médico. Son personas además de una gran entrega que potencia sus conocimientos. A título de ejemplo, citaré a tres de ellos, disculpándome ante los no nombrados, pero es que si no, este escrito sería el cuento de nunca acabar.

Víctor Palomo, campeón de Madrid y uno de los mejores de España en halterofilia; Yurnia Montes, coordinadora, alma mater y factotum del centro, con un currículum como bailarina a sus espaldas que le quita a uno el hipo; Miguel Brizuela, creador de un equipo de entusiastas “espartanos” que compiten en distintas pruebas de resistencia fuera de nuestra localidad.

Hispaocio es, ante todo, un centro municipal asentado en suelo que es propiedad municipal. Por ello nuestro Ayuntamiento no puede desentenderse del problema. Nuestro Ayuntamiento no puede permitir que la grey que allí se congregara feliz un día, llegue a dispersarse. “¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño!” (Jeremías – 23, 1-6). Sí, qué triste sería haber conocido un centro municipal bien dotado y otrora rebosante de vida para ver luego cómo sus socios se ven obligados a desperdigarse por centros privados para poder seguir entrenándose y disfrutando de la saludable actividad física.

Es deber del alcalde y de su equipo revertir esta situación. Cristo sale en busca de la oveja perdida y cuando la encuentra siente una alegría que no le cabe en el pecho. “De la misma manera no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños” (Mateo 18, 12-14). El Ayuntamiento no puede eludir esta responsabilidad pues, como es sabido, la praxis política ha de ser servicio al ciudadano, gobernar para la felicidad del gobernado. La autoridad no puede, lavándose las manos como Poncio Pilatos, desentenderse y dejar que se impongan la injusticia y la sinrazón. Hay que ser hidalgos y ésta es una buena ocasión para mostrarse hidalgos.

Hispaocio se halla a un paso de la UCI, pero si realmente se quiere, con los avances de la medicina contemporánea, Hispaocio no morirá. Porque Hispaocio no debe morir.

7 COMENTARIOS

  1. Excelente artículo sobre la situación de HISPAOCIO y su apunte de la «intrincada historia» sobre cómo se ha llegado a esta situación.

    Es difícil de entender que un centro de estas características se encuentre en una situación tan desafortunada.

    Muchos son los problemas que atañen a nuestro pueblo que deberían de ser gestionados de manera urgente y eficaz por parte del equipo de gobierno del ayuntamiento y éste, sin duda, es uno de los que deben de tener mayor prioridad.

    Apoyo total a la reivindicación de la continuidad de «nuestro» HISPAOCIO.

  2. El fracaso en la gestión de este complejo deportivo, atestigua el difícil maridaje de lo público y lo privado; la perversión oculta entre la búsqueda del beneficio económico y la colaboración en el bienestar general de una comunidad a la que se ofrece esta instalación como una dádiva, sin la suficiente transparencia ni control por organismo estatal alguno.
    Frente a quienes anteponen la eficiencia de lo privado frente al desagüe de lo público, analicen el devenir de este complejo, gestionado inicialmente por una Constructora que tuvo gran renombre en el sector, especialmente por los conchabeos con el PP, pero con una absoluta inexperiencia en gestión deportiva alguna, o mejor, con ninguna experiencia fuera del ámbito extrictamente constructivo (Al respecto, les recuerdo los dos años de dimes y diretes respecto al centímetro que obligaba al Complejo a contar con personal sanitario de manera continua)
    Pronto a convertirse en un mausoleo más de un pasado presidido por la codicia más desvergonzada, la actuación vecinal se hace obligada para revertir un proceso del que sólo van a salir perjudicados los habitantes de esta hermosa villa, porque quienes han provocado este quebranto no aparecen en expediente alguno

  3. Desde 2015, creo que tiene déficit mucho antes de la pandemia, en comparativa la gente no jubilada sale más barato ir a otro Centro deportivo con mejor planificación. No sólo la pandemia, es la mala gestión ?quizás?.

  4. Excelente artículo!
    Se puede decir más alto, pero no más claro…ahora sólo hace falta que los responsables se hagan cargo de forma a poder preservar un espacio absolutamente necesario en nuestro hermoso pueblo. He sido usuaria desde sus inicios. Lo dejé por la pandemia, pero tenía intención de volver en Septiembre. Ojalá haya suerte y mi deseo se cumpla. Ojalá!…

  5. Me sumo a los elogios sobre el artículo de Mariano que refleja fielmente lo que es hispaocio para los ciudadanos de Villaviciosa:
    Un centro deportivo, un servicio social, un centro de salud.
    No, no puede desaparecer. Sería una carencia muy sentida por gran parte de la población.
    Yo también me di de baja en el confinamiento y también necesito volver en Octubre.

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