miércoles, 30 octubre
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Quinto concierto del Festival ASISA en Villaviciosa de Odón

Por José Miguel López de Haro

Extraordinario, estratosférico, descomunal… ¿Hay más adjetivos superlativos para calificar lo que hace Antonio Serrano?

El quinto concierto del Festival de verano de Villaviciosa de Odón lo tuvo de protagonista, junto a Coni Lechneren y un atractivo programa de «Clásicos españoles y argentinos».

Serrano (Madrid 1974) es un prodigio. A pesar de los halagos que recibe se sigue tomando las cosas muy en serio. Como tengo amistad con él quise provocarle en los saludos de después del concierto;

– Mecachis, has fallado una nota en el «Zapateado».
– Es que se me ha puesto un pelo en la boca y no sabía dónde estaba para quitármelo.

Este es Antonio, un perfeccionista. No hubo fallo alguno. Toca todo el concierto con un único instrumento, una armónica cromática (con botón). Tiene que soplarla y sujetarla manualmente aproximando el micrófono. Eso ya, no es fácil. Al tocarla hace glisandos, vibratos, acordes… la acaricia, la exige, la duerme… Podría ser solo el mayor virtuoso del mundo, pero no es solo eso, porque la hace cantar y la agita cuando es necesario.Consigue una expresividad llena de matices y energía. 

María Vela, buena violinista, estaba extasiada: «A mí me cuesta muchísimo tocar esa pieza dificilísima de Sarasate. Y él lo hace sin despeinarse con un aparato que cabe en una mano».

Serrano estuvo inspirado, motivado por el entorno del concierto, el Jardín Histórico. Junto a él estuvo Coni Lechner al piano. Precisa, expresiva, eficaz. Hizo que se me saltara una lágrima cuando se quedó sola en la introducción de «Adiós Nonino» de Piazzolla. Brilló muchísimo en la interpretación conjunta de la «Danza ritual del fuego» de «El amor brujo» de Falla. ¡Qué gran pareja! Será difícil alcanzar un clímax parecido en próximos conciertos.

Antonio Serrano toca todo, clásico, blues, flamenco, jazz… Actuará en el festival de jazz de Cádiz el día 23 de julio, en cuarteto, haciendo «Tootsology» dedicado a su maestro Thielemans. Se lo recomiendo. Tuve la suerte de presentarlo en el festival de jazz de Ibiza hace 4 años y todavía me acuerdo. Ya tienen plan.

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