Por Álvaro Díaz García
En una entrevista exclusiva, desde ACUA hablamos con Juan Carlos Chirinos, autor de la novela Renacen las sombras.
El escritor venezolano, muy ligado a nuestra localidad después de estar casi diez años dando clases en sus talleres municipales de escritura creativa, presentará este viernes en “Los Libros Salvajes” a las 20:00 horas su última novela Renacen las sombras. Vida, obra, pasado, presente y futuro, en el que Villaviciosa podría aparecer otra vez, se entremezclan en esta charla.
Qué bueno tenerte de nuevo por Villaviciosa, Juan Carlos. Aunque, en realidad, solo el confinamiento estricto te ha mantenido alejado de nosotros: hace unos meses, en abril, volviste a Villaviciosa a presentar tu recopilación de cuentos La sonrisa de los hipopótamos y también has hecho lo propio con las obras de varios escritores locales durante este 2021. Como desde fuera se ve mucho mejor, te pregunto, ¿ha cambiado tanto Villaviciosa como el mundo tras la pandemia?
Para mí, Villaviciosa es desde hace mucho una casa, el lugar, ya no al que voy, sino el sitio a donde regreso. Ya tengo suficientes amigos y he pasado numerosos momentos entrañables aquí como para que ocupe un lugar especial en la cartografía de mis afectos. Esta es una villa de artistas, lo supe desde el primer día, y en esta década larga solo la he visto crecer. No veo que haya cambiado mucho, se me ha hecho más cercana: pero ya ves que hablo desde el afecto y los amigos que tan bien me tratan siempre que voy.
Esta vez la visita se debe a que acaba de ver la luz -si se me permite el mal juego de palabras- Renacen las sombras, que presentarás este viernes 19 de noviembre en la librería Los Libros Salvajes. Háblanos un poquito de ella.
Es una novela gótica, aunque no únicamente; cuando uno escribe una novela, como dice el refrán venezolano, «una cosa piensa el burro, y otra el que lo arrea», así que a medida que fui escribiendo la historia se me colaron muchas otras cosas como el crossover y un género que adoro, el cómic. Pero, formalmente, Renacen las sombras es la continuación de mi segunda novela, Nochebosque. Y te doy una primicia: Estas novelas están muy ligadas a Villa porque el origen de la primera ocurrió en una de las aulas del Coliseo: una mañana de viernes, queriendo explicarles a los alumnos de creación literaria cómo se «diseñaba» una novela, improvisé en la pizarra lo que a la postre sería la estructura de Nochebosque, así que cuando regresé a mi casa me senté a desarrollarla y así salió.
¿Necesitamos haber leído entonces Nochebosque para adentrarnos en Renacen las sombras o las cicatrices de su protagonista, Paula Sorsky, nos valdrán para entender su pasado?
Procuré que no fuera necesario; que las dos novelas fueran autónomas, pero complementarias. El que solo lea una de las novelas, tendrá una mirada característica sobre ella; pero el que lea las dos, añadirá un aspecto nuevo que puede serle útil, si es necesario. Espero haber logrado esa separación unida por hilos solo visibles para el que los entienda.
Cogiendo estos dos libros, se me ha ocurrido relacionar por parejas parte de tu bibliografía. Las biografías de Alejandro Magno y su madre, obviamente; La manzana de Nietzsche y La sonrisa de los hipopótamos y Los cielos del curumo con el ensayo sobre Venezuela. A Renacen las sombras la relaciono también, por proximidad geográfica, con Gemelas. ¿Puede tener sentido esta organización o ser producto de un equilibrio consciente o inconsciente? Y ya no sé si hablo de ti o de quien te pregunta.
No había pensado en ese agudo ángulo que propones para ver mis libros. Me gusta mucho; puede que escriba de esa manera, doble, sin darme cuenta. Como te dije antes, Renacen las sombras es la continuación de Nochebosque, pero también cierra un tríptico que esas dos novelas forman con El niño malo cuenta hasta cien y se retira, mi primera novela. Gemelas, es cierto, también mantiene cierto ‘aire de familia’ con las otras novelas. ¿Cómo habría de ser diferente, si las ha escrito la misma persona?
En tus dos últimas novelas las protagonistas son mujeres y en esta Paula se convierte directamente en narradora. En tiempos de Carmen Mola, no se trata, en todo caso, de una excepción en tu obra, sobre todo en la ficción ¿Podrías explicarnos el motivo?
Desde 1982, que fue cuando comencé a escribir conscientemente, me han interesado las voces de las mujeres como personajes y como narradoras gracias a dos libros: Caballito loco, de Ana María Matute, y La rosa y el anillo, de William Thackeray. Así que las razones que me mueven a usar una mujer como narradora no tienen nada que ver con el cacareo inane de hoy en día. Eso sí, celebro la existencia de Carmen Mola: otro crossover más, como debe ser siempre la literatura más allá de la memez ideológica que ahoga este tiempo de redes ‘amenazantes’.
Esta entrevista solo va a tener dos preguntas sobre Venezuela. Prometido. Aquí gastamos la primera: ¿Cómo se vive o se entiende en tu país de nacimiento el feminismo y el movimiento LGTBI -Paula está enamorada de Fanny-?
Mi primera juventud transcurrió en una Venezuela en la que había la posibilidad de vivir en un ambiente donde las opciones sexuales no eran tema de discusión ni de crítica, no se pensaba en eso, no se señalaba. Como dice el refrán venezolano (me encantan los refranes, ya ves): ‘cada quien hace de su culo un candelabro’. Eso no quiere decir que en el país no persistiera —y persista— la opinión cavernaria y la censura del ignorante. Pero yo tuve la suerte de cruzar mis años universitarios con hombres y mujeres de toda clase: heteros, gays, lesbianas, bis, pansexuales, gerontófilos y, desde luego, priapistas más priapistas que el priapa. «¡Que vivan los onanos!», gritaba un amigo mío cada vez que se emborrachaba. Y todos éramos felices, cada mochuelo disfrutaba de su olivo particular, éramos amigos y nos queríamos. El amor siempre es lo más importante porque es el motor de la vida. Por eso me parece muy valiente todo lo que hace el colectivo en Venezuela para reivindicar sus derechos, pues en el comunismo que padece el país ahora, la censura, la pacatería y la represión han aumentado, como suele ocurrir en esos regímenes. Confío en que los venezolanos seremos más inteligentes y sensatos que los imbéciles que nos gobiernan.
“Mi vida no se divide en mi época en Venezuela y mi época en España. La división está definida por las ciudades en las que he vivido: Valera, Caracas, Salamanca y Madrid”, hemos podido escucharte en una entrevista. En Renacen las sombras aparecen las dos ciudades venezolanas y la capital de España. En tu obra, corrígenos si nos equivocamos, no hay tanta ambientación en la urbe universitaria ¿Ya con la tesis elaborada allí escribiste todas las páginas que le debías o debemos buscar su influencia como hacemos con la rana y el astronauta?
Como venezolano, yo nací en Valera el 3 de mayo de 1967; como español, yo nací en Salamanca el 3 de mayo de 1997. No es una metáfora. Ese fue el día en que llegué a España, a esa ciudad donde viví mis primeros cuatro años españoles. Así que soy charro. Salamanca es una constante en mi vida y, espero, en lo que escribo. Tengo muchas ganas de emprender un ‘proyecto salmantino’, pero estoy esperando el momento apropiado, o esperando a que Salamanca me dé lo que la naturaleza me niega. (Chirinos aquí hace un juego de palabras con la frase muy conocida en la ciudad, tallada en su universidad, “Quod natura non dat, Salmantica non praestat”, que viene a significar “lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo otorga/presta”).
En otra te defines como “americano, venezolano y de Valera, que es el centro del mundo”. Tan importante como son los emplazamientos para ti, haciendo el año que viene 25 desde que llegaste a España y siendo Madrid el sitio donde más tiempo has residido -también en tus libros- ¿esa lista debería tener un apéndice más y el centro del mundo redirigirse?
El centro del mundo es el centro del mundo, eso no se puede cambiar: Valera. Pero los círculos pueden ser concéntricos, también. Valera, Caracas, Salamanca y Madrid son los cuatro puntos cardinales de mi vida. He ahí otra de las claves con las que se puede jugar en Renacen las sombras: el mapa de las ciudades está hecho sobre la base de un centro que está allí y que espero que no se vea.
Antes hemos mencionado los nombres de varios de tus trabajos, que van desde la novela, el ensayo, los relatos y la biografía, sin olvidar tu parte como formador. ¿Cuánto tiene esta promiscuidad, de amor por la familia numerosa, o explican mejor que nada la realidad de un escritor del siglo XXI?
Pero que no es diferente a la realidad de los escritores de otras épocas. Un escritor que ejerza su oficio con profesionalidad debe estar preparado para encarar varios géneros. Eso sí: yo no hago periodismo porque no conozco el oficio, ni escribo —o, al menos, no publico— poesía por una cuestión de respeto casi cosmogónico. Un escritor debe conocer lo mejor que pueda su lengua para ponerla a trabajar con eficacia. Un escritor que no conozca la gramática de su lengua es como un cirujano que no sepa de anatomía. ¿Confiarías en un doctor así? Qué miedo.
Gastamos la segunda bala venezolana, que no será directa. La agenda mediática internacional nos ha alejado últimamente de tu país, centrándose en los últimos días, por ejemplo, en Cuba ¿Se trata del hermano mayor que anticipa el abismo de los que van detrás?
Cuba no, ni los cubanos; esa hermosa isla y esa hermosa gente no tienen la culpa de nada. La peste de América son los malandros del castrismo. Ya quisieran esos mediocres ser hermanos mayores de un país grande y hermoso como Venezuela. Junto con sus compinches chavisto-maduristas, solo son las pulgas, los piojos, los parásitos, las garrapatas que han desangrado a esos dos países y que, si los dejamos, infestarán todo el continente. España, aparta de ti ese cáliz, por cierto.
Déjanos un mensaje final para animar a nuestros lectores a ir a la presentación de este viernes y, si no pueden, a comprar Renacen las sombras. Ah, y revélanos en cuál de tus próximos trabajos podremos ver Villaviciosa entre sus hojas.
Que vengan este viernes a las ocho de la tarde a Los Libros Salvajes, que Félix y Carmen son generosos, trabajadores y brillantes; que esa librería es muy hermosa y un faro de luz; y que la vamos a pasar muy bien, como dice la canción. Pero, sobre todo, que lean, lo que sea, pero que lean. No hay mejor mensaje final que ese: lean, lean, que es la única manera de estar en el mundo de verdad. ¿Villa entre las páginas de una novela mía del futuro? ¿Por qué no? Eso sí: quiero un asesinato literario en el pasaje de don Eladio.
Renacen las sombras puede adquirirse, además de en Los Libros Salvajes, a través de la web de su editorial, La Huerta Grande, en la librería Antonio Machado, Casa del Libro, Todostuslibros.com o Amazon.
Perfil de Juan Carlos Chirinos en Twitter: @juance
Foto: Fátima