viernes, 22 noviembre
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Hispaocio. La estafa del peor gimnasio del mundo

Por Mariano Aguirre

… nadie echa el vino nuevo en cueros viejos; de otro modo se romperían los cueros, el vino se derramaría y los cueros se perderían; sino que se echa el vino nuevo en cueros nuevos…

Mateo 9. 17

-¿Pues y el Ayuntamiento?

-¡Bonito está!

“La Verbena de la Paloma”. Maestro Bretón, Ventura de la Vega.

Estafa

¿Estafa? Sí, sin duda. Y a la definición de la RAE me remito. Estafar: pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios y engaños y con ánimo de no pagar. Hispaocio, desde la pandemia, ha suprimido el SPA, cancelado las clases dirigidas de los fines de semana, reducido las de los días laborables durante un largo período, no ha sustituido por mucho tiempo a monitores que marcharon, no ha renovado el material deteriorado o dañado, nos ha privado de agua caliente en las duchas durante semanas enteras, ha ignorado los muchos desperfectos en el exterior y zona de estacionamiento, esto es, nos ha hurtado unos servicios por los que sigue cobrando.

Si antes pagábamos X por Ps, ¡ahora seguimos pagando X por Ps:2! Y no exigimos que se nos reduzca la cuota, sino que reclamamos que se nos restituyan las prestaciones previas a la pandemia. A este respecto voy a poner un ejemplo: la yoguini Pilar Llana impartía yoga. Dejó Hispaocio para dedicarse íntegramente a su centro en Boadilla. Quedamos así huérfanos de esta actividad. Busqué y rebusqué otros profesionales para que Hispaocio pudiera restablecerla. Como el centro ofrecía diez Euros por clase, todos me respondían que las diera su padre. ¡Diez Euros! Creo que tan sólo un franciscano hubiera aceptado, pero, por desgracia, los franciscanos no practican el yoga. Ahora se imparte esta disciplina en Hispaocio, sí, pero ¡se paga aparte! Yo a esto lo llamo mezquindad y desfachatez, amén de manifestar una roñería que clama al Cielo.

Triste historia

La historia de Hispaocio es la triste historia de una desaparición misteriosa, por parte de esos encantadores que le hacían la vida imposible a don Quijote, ¡de tres millones de Euros!; es la luctuosa historia de una degeneración de los servicios prestados; es la flébil historia de una complicidad, rayana en lo delictivo, de nuestro ayuntamiento en los desaguisados allá cometidos; es la lamentable historia de una indignidad sin paliativos. Y a quien no me crea, le invito a darse una vuelta por el exterior y el interior del centro o por las piscinas al aire libre; le invito además a hablar con los usuarios y en todos ellos percibirá una irritación sorda y, cada vez, peor contenida. Sí, porque todo tiene un límite y no se nos puede exigir más paciencia ya que a santo Job. de nuestros buenos modales se ha abusado tanto, ¡pero tanto!, que están dejando de ser buenos para ser sólo modales.

Y es que Hispaocio es, en definitiva, la historia de la desconsideración y el desprecio para el usuario. Al menos los de mi generación sabrán de lo divertido del juego de los disparates: ¿Por qué Silvia lleva trenzas? Porque quien calcula, compra en Sepu. Menos gracia nos hace este juego cuando la dirección (?) de Hispaocio lo toma como modelo para responder (cuando responde) a las reclamaciones de los socios: ¿Por qué no se abre la ventana en las clases de ciclo? Porque ya es primavera en El Corte Inglés.

Los primeros gerentes quieren los despojos por 14 años

Los primeros gerentes de Hispaocio se llaman Ignacio Usera y Sabrina López Viera. Bajo ellos se inició la imparable decadencia del centro. Ahora resulta que están integrados en Smartfit, que es la empresa que querría hacerse cargo del centro y cuyo primer intento fue rechazado hace un par de meses en el pleno municipal cuando la oposición hizo valer su mayoría. Smartfit, Ignacio Usera y Sabrina López se nos presentan ahora como los salvadores de las instalaciones deportivas y de los puestos de trabajo del centro; y pretenden que se les cedan los despojos de Hispaocio por catorce años. Ignacio Usera y Sabrina López siguen mandando desde la sombra, misteriosa e inexplicablemente (¿por deseo o exigencia del banco acreedor?, ¿por consejo del Ayuntamiento?), manipulando a quienes dan la cara ante los socios y han de capear el temporal y hacer frente al descontento (pero “¡Ahí me las den todas!”) y racaneando al máximo, amén de gobernar con los pies.

Smartfit o la roña y lo cutre ¡Nada de SPA!

            ¿Qué sería de Hispaocio llamándose Smartfit? Por de pronto -y aunque esto sea tan sólo un rumor, tiene todos los visos de lo plausible-, el SPA quedaría suprimido. Por caro. Si hoy en día no se pone en funcionamiento es porque, supuestamente, habría que renovar no sé qué arenas del filtro y ¡eso cuesta dinero! Esto es sólo un botón de muestra. El más despiadado capitalismo se ha de abatir sobre los socios tratados como rebaño al que se esquila, ordeña y explota. Y otro tanto cabe esperar para quienes allí despliegan su fuerza de trabajo. Assignia, Hispaocio, Nacho Usera, Sabrina, Smartfit… cinco de las nueve cabezas de la misma hidra. Hombres de negocios y especuladores, que no empresarios. Los últimos trabajan con la “economía real”; los primeros con sus manipulaciones empobrecedoras para el pueblo.

            Si lo roña y lo cutre han sido el pan nuestro de cada día con Hispaocio, ¿qué no será con Smartfit? Habrá que forzar el vocabulario para denominar aquello que va más allá de la roña y de lo cutre.

El Ayuntamiento del PP, como nos tiene acostumbrados, no hace nada

¿Pues y el Ayuntamiento? Escurriendo el bulto, como es habitual en él. ¡Ominosos tiempos los de García Nieto, Jover y actualmente los de Martín Galán! No podemos, por razones de espacio, exponer aquí todas las obligaciones legales y morales que corresponden al Ayuntamiento y que ha puesto sistemáticamente en el olvido. Tan sólo me limitaré a constatar que el Comité de seguimiento, que ha de reunirse preceptivamente y como mínimo una vez por trimestre, y cuyo presidente es designado por el Consistorio, ha brillado siempre por su ausencia, dejándonos en manos de desaprensivos. Una última muestra: “Los servicios económicos del Ayuntamiento podrán, en todo momento, fiscalizar la situación de las cuentas y solicitar la información que estime pertinente”. ¡Ay, cuánto trecho media del dicho al hecho! En fin, que todo el punto 27 del pliego de condiciones para la explotación del complejo deportivo, tales como la intervención del centro en caso de incumplimiento de contrato por parte de Hispaocio, permanece en el impasible limbo.

Última hora

Nuestro corresponsal en Nueva Guinea-Papúa nos comunica que se ha descubierto en plenos manglares de aquel país un gimnasio peor aún que Hispaocio. ¡Como lo oyen! No podemos ofrecer fotos del centro deportivo aquel pues, al parecer, los caníbales han devorado al fotógrafo y su cámara, junto a un explorador francés y un misionero navarro.

4 COMENTARIOS

  1. Dos aclaraciones a posteriori: 1) en el pleno municipal al que se alude en este artículo, no sólo toda la oposición votó en contra de que Smartfit se hiciera por catorce años con el centro actualmente llamado «Hispaocio», sino que también así procedió quien había incluido ese punto en el orden del día, esto es, el propio equipo de gobierno municipal (¡¡¡!!!), poniendo una vez más en evidencia su ineptitud y espíritu de improvisación chapucera. 2) La hidra tiene nueve cabezas y no siete como escribo. Es cuanto ocurre cuando, por pereza (¡si parezco del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón!), no se consultan las cosas a su debido tiempo. Mariano Aguirre

  2. Mariano no ha podido decirlo más claro. Hispaocio se derrumba sin que nadie haga nada para poner en marcha las mejores instalaciones deportivas que tenemos en Villaviciosa de Odón. La gestión de este gimnasio siempre fue deficiente, que no el buen hacer y el esfuerzo de la mayoría de los monitores.
    Nuestra familia se inscribió al nacer Hispaocio ya hace muchos años, y nos dimos de baja en septiembre de 2020 a la vista del desastre que se veía venir. Es muy triste tener que ir a un gimnasio de Móstoles cuando a 5 minutos andando de nuestra casa tenemos estas instalaciones tan increibles.

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