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Crónica del Pleno: el resumen de la moción de censura

«Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos»

Romance medieval

En su réplica a las duras críticas que el concejal de MásMadrid, Gumersindo  Ruiz («me obligan a elegir entre lo malo y lo peor y me temo que va a ganar lo peor»), acababa de formular sobre el candidato Raul Martín y su partido (PP), Paul Rubio , portavoz del grupo municipal del PP, proclamó una tesis de muy alto nivel político e ideológico, ya usada en algún Pleno anterior por otro concejal de su mismo grupo: «Usted solo tiene un concejal y nosotros tenemos 7…» Y, con esa prepotencia de nuevo rico con un pobre, dejó claro que la izquierda en este pueblo no tiene futuro.

Con este sesudo y profundo análisis salió también al paso del comentario de la concejal de IU, María Vela, alusivo a la incompetencia de los concejales del PP, que por cierto, comparten (y manifiestan en privado) absolutamente todos los concejales del consistorio, incluidos los que votaron a favor y quizá alguno del propio grupo popular.

El que viene

El candidato, con un discurso lleno de generalidades, para justificar la Moción, al dedicarse a la crítica de la gestión del anterior equipo de gobierno en el tema de la nevada, empleó más tiempo y esfuerzo a este problema que al resto de asuntos municipales. Y ahí mostró sus dotes proféticas. Porque la moción se había presentado casi dos semanas antes de que empezara a nevar. Quizá se empleó más a fondo con Filomena porque no encontró otras razones demasiado convincentes para la censura.

Y, teniendo en cuenta que los últimos 30 años, excepto este reciente año y medio, ha venido gobernando de continuo el PP, sorprendió que prometiera expresamente su «rechazo a actitudes caciquiles» (¡Uy lo que ha dicho!). ¿A quién se referiría? ¿A Pilar Martínez? ¿A Nieves García? ¿A José Jover? Porque a José Luis Pérez se le podrá acusar de bastantes cosas, pero de cacique, no.

¿No podría haber utilizado otro calificativo menos inoportuno?

El que se va

El alcalde saliente solo le recriminó al candidato la inoportunidad de la moción en un momento tan difícil como el de la pandemia, atravesada por la tormenta Filomena y sus gravísimas consecuencias. No debió de mencionar el tema meteorológico, precisamente él, porque dejó fácil la réplica posterior: «Alguien ha estado de vacaciones…».

Pérez Viú utilizó la táctica de amagar y no dar: «si yo contara lo que me encontré…»» «si yo dijera lo que he visto …». Pero si no lo hizo durante su mandato, tampoco lo iba a hacer ahora.

Es pura «política Ciudadanos», la misma que practican en Madrid: sumisos con el PP, tragando lo que haga falta, aceptando lo que les digan y si ven que el PP se enfada un poco, a callar. Y si te quitan la alcaldía («Dios me la dio, el PP me la quitó»), no pasa nada, colaboracionista siempre, por si pudiera caer algo. «José Luis Pérez, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo…»

Hasta fue capaz de bromear a la hora de la votación: «Casi estoy por votar a favor».

Los actores secundarios

Gumersindo Ruiz explicó los motivos éticos de su apoyo al PSOE en la investidura. Agradeció su esforzado trabajo a las concejalas socialistas, aunque se lamentó de que el grupo socialista no hubiera admitido la oferta de colaboración de Más Madrid. Y al candidato le recordó que si no habían sido leales entre ellos mismos (en su partido, en sus gobiernos municipales, con Jover, con Pilar Martínez, …), cómo iban a ser leales con los vecinos.

María Vela dirigió sus ataques fundamentalmente a VOX, pese a que el candidato era del PP, al que, para cubrir el trámite, le castigó con unos pellizcos de monja. Todo ello en consonancia con el comunicado de IU que Mariano Pérez había enviado previamente a los medios, calificando de astracanada la investidura del gobierno censurado, atacando el apoyo de Más Madrid a la «astracanada», y esperando al programa de gobierno del nuevo equipo gestor del Partido Popular para fijar su posición, pero deseándole, en todo caso, el mayor acierto. Y un párrafo con efecto desasosegante por la polivalencia de su interpretación: «Existían más posibilidades para conformar un gobierno más estable …, pero no se han querido explorar».

La postura del PSOE, que defendió Mercedes Castañeda, puso en valor el enorme trabajo que han realizado en este período. El resultado de tanto esfuerzo vino a resumirlo así: «Les hemos dejado un camino más limpio que el que nos encontramos».

El mensaje de Ciudadanos, en palabras de su concejal José María López, fue que «hoy, su partido es más necesario que nunca». y, por si este mensaje pudiera causar perplejidad, pronosticó: «Los vecinos contarán con Ciudadanos»». Él, por si acaso, no se apartó de la línea amable y conciliadora que había marcado su alcalde.

Meridianamente claro: las directrices nacionales del PP mandan

María Ruiz reivindicó para VOX la iniciativa de la moción de censura, a pesar de los intentos del PP de escamotearla. Describió los numerosos fallos de gestión, a su juicio, del alcalde, que no buscó la colaboración, precisamente, de los que le habían apoyado en su investidura. Pero reconoció que si VOX había tomado esta decisión era por el evidente cambio operado en el PP; sin nombrarla, dejó claro que la caída de Pilar Martínez había precipitado su cambio de postura.

Sus electores y los del PP no entenderían ya, a partir de ese punto de inflexión, que no fueran de la mano del partido ganador de las elecciones, el PP, tan coincidente ideológicamente con ellos. Y señaló categóricamente que si no van a estar en el equipo de gobierno, no es porque VOX no haya estado dispuesto. Los han querido como socios de moción, pero no como socios de gobierno. Y eso «porque el PP, en lugar del interés por sus vecinos, ha antepuesto seguir las directrices nacionales de su partido, que llama a los suyos a renegar de VOX».

Llegó a calificar de suicidio la decisión adoptada de gobernar el Ayuntamiento con seis concejales. Pero pidió tranquilidad al electorado de derechas, porque su actitud será de colaboración en todo lo que beneficie a los vecinos y no plantean venganza por lo sucedido.

La derecha extrema desaira a la extrema derecha. Esto dará para una serie.

Por fin: se siente, se ve, ¡alcalde del PP!

Como la votación no deparó sorpresas (salvo la «paradinha» de Cocho, que quiso darle emoción a su voto, aunque era intrascendente). Restituido ya el orden en la Naturaleza, el Sr. Alcalde, que «pasó largas estancias en Estados Unidos (no confundir con Harvaravaca) e Inglaterra para completar su formación educativa y profesional», comenzó a ejercer como un ejecutivo con futuro: cumplió inmediatamente las instrucciones de Génova de solicitar, como han hecho las más de 70 alcaldías del PP, la antiguamente denominada declaración de estado catastrófico. Y convocó para esa misma tarde Junta de Seguridad para afrontar las graves consecuencias de la nevada que el anterior equipo de gobierno no había sabido gestionar. Las conclusiones de dicha Junta fueron, básicamente, continuar haciendo lo mismo que se estaba haciendo.

Y tras la fumata blanca, proclamó la buena nueva:»¡¡¡Hemos decidido ir en solitario!!!»

Alguien dice que se oyó una voz del más allá que decía: «Que Dios nos coja confesados».

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