Pasó un día y otro día, / un mes y otro mes pasó, / y un año pasado había, / mas de Flandes no volvía / Diego que a Flandes partió (Zorrilla, “A buen juez , mejor testigo”).
Por Mariano Aguirre
Amore, fai presto, io non resisto. / Se tu non arrivi, non esisto… (“L´appuntamento”, popularizada por Ornella Vanoni).
Para explicarse la situación actual del complejo deportivo y acuático municipal, lo que se conoce más popularmente como Hispaocio, cabe citar un dicho popular y evocar una costumbre (¿o vicio?) propia de traumatólogos. El dicho no es otro que aquél de “Las cosas de Palacio van despacio”. En cuanto a lo segundo, quien se haya roto al menos un hueso a lo largo de su vida, sabrá que esos galenos, los algebristas, dan un plazo para despojarnos de la escayola, pero luego, indefectiblemente, ese plazo, para desesperación y frustración del paciente (que se las prometía muy felices), habrá de alargarse.
Se nos había dicho que a principios de diciembre, tras dos meses de prueba en que se iba a dinamizar y a potenciar el complejo deportivo sin inversión alguna, la empresa Smartfit tomaría una decisión y que, si todo iba bien y se lograban los objetivos marcados, esta firma se haría cargo de lo que hasta hoy se ha llamado Hispaocio, asumiendo ya, claro está, los gastos necesarios en su gestión e insoslayable renovación material.
Sin embargo, estamos ya casi a mediados de mes y ese paso adelante no ha sido dado. Puestos al habla con Ignacio Usera, responsable de la empresa Smartfit y quien también fuera gerente de Hispaocio, nos informa de lo siguiente: 1) el administrador concursal se halla satisfecho con el rumbo que el centro ha tomado desde octubre; 2) a menos que otra empresa se interesara por ello e hiciera una mejor oferta, a finales de año o principios de 2022, se firmaría el nuevo contrato y el complejo deportivo iniciaría una nueva andadura, esperemos que feliz. Por otra parte, el citado Ignacio Usera nos expresa su cariño por el centro y su interés personal por sacarlo del marasmo actual en que se halla.
A pesar de todo ello, no perdamos de vista la cuestión económica, tan determinante. A nadie se le escapa que el escollo principal es ese misterioso embrollo de la desaparición de tres millones de Euros, que constituye el auténtico nudo gordiano de la cuestión y de la negociación entre el banco, el ayuntamiento y la empresa. Se requiere un Alejandro Magno de fuste y brío que, de un certero y vigoroso mandoble, lo taje y acabe con él, por el bien de todos los que viven en nuestro pueblo y de todos quienes trabajan en el centro deportivo (monitores, personal administrativo, de limpieza y mantenimiento).
Dicho esto, caben aquí las siguientes consideraciones: 1) Hemos apreciado este otoño un número creciente de socios. La llamada sala Fitness (pues todo ha de ser en inglés, según parece) vuelve a estar llena por las tardes, casi tanto como antes del enchiqueramiento general por causa del corona-virus. Las clases dirigidas, a excepción de las de bicicleta estática, están llenas hasta la bandera y más de uno se queda con las ganas de tomar parte en ellas, por falta de sitio. Eso sí, el número de socios ancianos sigue mermado, lo cual no ha de extrañar por tratarse de la franja de edad más castigada por el virus chino y, por tanto, la que más atemorizada está aún. 2) Las instalaciones y el material siguen siendo deficientes, cuando no en un estado rayano en lo lamentable. Requieren una renovación decidida y a fondo. Sigue sin haber ni una sola clase dirigida durante el fin de semana y, en cuanto al viernes, puede afirmarse prácticamente otro tanto. Siguen faltando monitores. El Spa continúa cerrado a cal y canto.
Este último punto es, sin duda, el más preocupante: que la fidelidad, aguante y empatía de los socios, por falta de esperanza, porque se hace tarde, acabe por resquebrajarse, máxime cuando Hispaocio está rodeado de otros gimnasios -ciertamente sin piscina, ciertamente sin Spa, ciertamente más alejados del centro urbano- con buenas instalaciones, buenos precios y unos profesionales cercanos y muy bien preparados.
En conclusión, que no podemos permitirnos por más tiempo vuelos gallináceos o despegues abortados, que el complejo municipal, más temprano que tarde, ¡cuanto antes!, ha de levantar el vuelo de una vez por todas par elevarse ya definitivamente en el cielo. “Águilas como abismos / como montes altísimos” (Vicente Aleixandre).
Parece que el mantra conservador de lo público no funciona, lo privado sí, es cuestionable.
Virus chino, gripe española??? No sé si tiene mucho sentido otorgar nacionalidad a este drama.
Gracias por dejar tu comentario, Juan M.
Querido Cuco: ¿De dónde salió esa peste? De China. En mi opinión, del laboratorio militar de Wuhan; se les escapó. Dicho esto, si, a pesar de las trabas del gobierno chino a toda investigación seria, se demostrara fehacientemente que su origen no es el que señalo, me la envainaré. No quiero ser, como denunciaba Unamuno, el típico español cuyo lema es el «Sostenella y no enmendalla» de, si no me equivoco, «Las mocedades del Cid», de don Guillén de Castro.
Gracias por tu comentario, Mariano.
Buenos días Mariano, comparto tus sospechas sobre el origen del virus.
De momento, las únicas consecuencias que ha tenido llamarlo «virus chino» han sido:
1 cohesionar a los seguidores de Trump contra un enemigo común. Recurso muy utilizado por los peores a lo largo de la historia.
2 aumentar exponencialmente las agresiones a asiáticos en EEUU.
3 Hace unos días fui testigo de la siguiente escena: entro un «patriota» español, plagado de banderas españolas en la tienda de un chino que le rogó educadamente que se pusiera la mascarilla.
Respuesta del «patriota»: ¡vete a tomar por c*lo chino de mie**a! !sois vosotros los culpables!
No sé si la mejor manera de colaborar en positivo es la de señalar culpables que no tienen ninguna responsabilidad.
Ahora, estoy dispuesto a exigir al gobierno chino cualquier responsabilidad.
Un abrazo
Muchas gracias por dejar tu comentario, Juan M.
Querido Cuco: Eso que me cuentas ilustra el dicho de que «pagan justos por pecadores». Y ello es lamentable. Y como en todo debate hay que reflexionar (pues si no se convierte en diálogo de sordos) y hay que «enmendalla» y sólo «sostenella» cuando corresponda, cediendo ala fuerza de tus argumentos, decido a partir de ahora no llamar a este virus «chino», sino «coronavirus».
Un fuerte abrazo.
Mariano