jueves, 25 abril
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Sexto concierto del Festival ASISA en Villaviciosa de Odón

Por José Miguel López de Haro

Seguramente dentro de unos años podremos decir: «Yo estuve allí, yo vi a la pianista Seolhwa Kim, cuando aún no tenía 30 años».

Esta mujer coreana es un portento.

Actuó el 8 de julio en el Festival de verano de Villaviciosa de Odón. Era su primera visita a España. Vive en Frankfurt, Alemania, desde hace seis años. Mario Prisuelos, director del festival, la descubrió cuando formaba parte del jurado del Concurso Internacional de piano de Verona, Italia. Seolhwa se llevó el primer premio por unanimidad. No me extraña. 

Físicamente es una persona menuda, frágil que inspira ternura. Cuando se sienta al piano se transforma y se convierte en un vendaval. Presentó un programa de una dificultad endiablada, sin concesiones, Glinka-Balakirev, Debussy, Brahms, Chopin y Liszt. Tocó de memoria, sin partitura. Tiene una poderosísima mano izquierda. Consigue extraer las melodías sin amortiguar las cascadas de notas de esas composiciones. En ese sentido, su interpretación de «Reminiscencias de Norma» de Liszt fue modélica. Nunca había oído nada parecido. Si Liszt levantará la cabeza se habría quedado sorprendido. Él fue el mayor virtuoso de su época, Seolhwa podría estar a su altura. Quizás no esté exagerando. No falló una nota. Estábamos boquiabiertos. Parecía imposible.

Las «Variaciones sobre un tema de Paganini» de Brahms precisan de un virtuosismo que se tarda años en adquirir. El público no esperó al final, estaba deseado aplaudir, mostrando su admiración. Interrumpió el desarrollo de la pieza, pero afortunadamente la pianista no se desconcentró, siguió briosa.

Expresivamente, lo que más me gustó fue su extraordinaria interpretación de la «Gran polonesa brillante» de Chopin, Opus 22, precedida de un Andante que sirvió de pausa para poder asimilar lo que se avecinaba. Se sorprendió por la cálida acogida de esa pieza. Al final le comenté la estrecha relación de Chopin con España y me comentó que indagaría en el tema. A mí lo que me gustaría saber es cómo se consigue este grado de virtuosismo sin parecer una máquina. 

2 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo, José Miguel. Excelente crónica la que haces, como no puede esperarse otra cosa de alguien de tus conocimientos musicales. Si, ciertamente, yo seré uno de los que dire: «yo estuve allí» Además tuve la suerte de verla en Florencia, por puro azar, en febrero de 2020, y dio un espectáculo igualmente magistral. Una noche inolvidable, sin duda que más de un prócer local se perdió, olvidando sus obligaciones institucionales.

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